T.E.A. (trastorno del espectro autista)

Migrañas en Pediatría
13 marzo, 2017

T.E.A. (trastorno del espectro autista).

¿Qué es el trastorno del espectro autista (TEA)?

El autismo es un grupo de trastornos del neurodesarrollo, a los que se llama colectivamente trastornos del espectro autista (TEA). El término “espectro” se refiere a la amplia gama de síntomas, habilidades y niveles de discapacidad que pueden tener los niños con TEA. Algunos padecen un deterioro leve, mientras que otros están gravemente discapacitados.

El TEA se diagnostica de acuerdo con las pautas mencionadas en el Manual Diagnóstico y estadístico de los Trastornos Mentales, 5º Edición (DSM-V).

El manual define el TEA en 3 grados de severidad (grados I-II-II).La gravedad se basa en la intensidad de deterioro en las áreas de comunicación social y en el área de patrones de comportamiento restringidos y repetitivos

 

¿Cuáles son los síntomas del TEA?

Los síntomas del trastorno del espectro autista (TEA) varían de un niño a otro pero, en general, se encuentran dentro de tres áreas:

 

Deterioro de la actividad social y la comunicación.

Intereses restringidos.

Conductas repetitivas y estereotipadas.

Los niños con TEA no siguen patrones típicos al desarrollar sus habilidades sociales y de comunicación. En general, los padres son los primeros en notar conductas inusuales en sus hijos. Con frecuencia, ciertas conductas se vuelven más notorias al compararlos con niños de la misma edad.

En algunos casos, los bebés con el TEA pueden parecer diferentes muy temprano en su desarrollo. Aun antes de su primer cumpleaños, algunos bebés se concentran excesivamente en algunos objetos, rara vez establecen contacto visual y no pueden entablar el juego típico de vaivén ni balbucear con sus padres. Otros niños pueden desarrollarse normalmente hasta el segundo y aun hasta el tercer año de vida, pero luego comienzan a perder interés en los otros y se tornan silenciosos, retraídos o indiferentes a las señales sociales. La pérdida o inversión del desarrollo normal se llama regresión y ocurre en algunos niños con el TEA.

 

1- Deterioro de la actividad social:

La mayoría de los niños con el TEA tienen problemas para las interacciones sociales diarias por lo que algunos niños con el TEA pueden:

– Hacer poco contacto visual.

– Tienden a mirar y escuchar menos a la gente en su entorno o no responder a otras personas.

– No buscan compartir su gusto por los juguetes o actividades, señalando o mostrando cosas a los otros.

– Responden inusualmente cuando otros muestran ira, aflicción o cariño.

 

La investigación reciente sugiere que los niños con el TEA no responden a las señales emocionales en las interacciones sociales humanas, ya que no pueden prestar atención a las señales sociales que típicamente otros suelen notar. Por ejemplo, un estudio descubrió que los niños con el TEA se concentran en la boca de la persona que les habla en vez de en los ojos, que es donde los niños con desarrollo típico tienden a concentrarse. Se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos, pero dichos estudios sugieren que los niños con el TEA pueden mal interpretar o no notar las señales sociales sutiles por ejemplo una sonrisa, un guiño o una mueca que podría ayudarlos a entender las relaciones e interacciones sociales. Para estos niños, una pregunta como “¿puedes esperar un minuto?” siempre significa lo mismo, ya sea que quien la formule esté bromeando, efectuando una pregunta verdadera o realizando un requerimiento firme. Sin la habilidad para interpretar el tono de voz de otra persona, como tampoco los gestos, expresiones faciales y las comunicaciones no verbales, los niños con el TEA pueden no responder adecuadamente.

Asimismo, puede ser difícil para otros comprender el lenguaje corporal de niños con TEA. Sus expresiones faciales, movimientos y gestos son a menudo vagos o no corresponden con lo que están diciendo. También, su tono de voz puede no reflejar lo que realmente están sintiendo. Muchos niños mayores con TEA hablan con un tono de voz inusual y pueden sonar como si estuvieran hablando sin entonación (tono de voz neutro).

Los niños con TEA también pueden tener problemas para entender el punto de vista de otra persona. Por ejemplo, en la edad escolar, la mayoría de los niños comprenden que otras personas tienen información, sentimientos y objetivos diferentes a los suyos. Los niños con el TEA pueden carecer de este entendimiento, por lo que son incapaces de predecir o entender las acciones de otras personas.

 

2- Problemas de comunicación:

De acuerdo con las etapas de desarrollo, de la Academia Americana de Pediatría, para el primer cumpleaños el típico infante puede decir una o dos palabras, darse la vuelta cuando escucha su nombre y señalar cuando quiere un juguete. Cuando se le ofrece algo que no quiere, el infante hace saber que la respuesta es “no” con palabras, gestos o expresiones faciales.

Para los niños con TEA, alcanzar tales etapas puede no ser tan sencillo. Por ejemplo, algunos niños con autismo pueden: no responder o ser lentos en responder a su nombre o a otros intentos verbales para obtener su atención, no desarrollar o ser lentos en desarrollar gestos, como señalar y mostrar cosas a otros, balbucear en el primer año de vida, pero después dejar de hacerlo, desarrollar el lenguaje a un ritmo tardío, aprender a comunicarse usando dibujos o su propio lenguaje de señas, hablar solamente con palabras sencillas o repetir ciertas frases una y otra vez pareciendo incapaces de combinar las palabras para formar oraciones con sentido, repetir palabras o frases que escuchan  (una patología llamada ecolalia), usar palabras que parecen raras, fuera de lugar o que tienen un significado especial conocido solamente por aquellos familiarizados con la forma de comunicarse del niño

 

Aun algunos niños con el TEA que tienen buenas habilidades de lenguaje, con frecuencia tienen dificultades con el diálogo fluido. Por ejemplo, dado que encuentran difícil entender y reaccionar ante las señales sociales, los niños con TEA grado leve (síndrome de Asperger) a menudo hablan extensamente sobre un tema favorito, pero no permiten a nadie una oportunidad para responder ni notan cuando alguien reacciona con indiferencia.

Los niños con el TEA que aún no han desarrollado gestos o lenguaje con significado pueden simplemente gritar o comportarse mal hasta que se les enseñen mejores maneras de expresar sus necesidades. A medida que estos niños crecen, pueden darse cuenta de su dificultad para entender a otros y para hacerse entender. Esta toma de conciencia puede causarles ansiedad o depresión.

 

3- Interese restringidos y conductas repetitivas o estereotipadas:

Con frecuencia, los movimientos de los niños con el TEA son repetitivos y sus comportamientos, inusuales. Estas conductas pueden ser extremas y muy notorias, o leves y discretas. Por ejemplo, algunos niños pueden agitar sus brazos repetidamente o caminan con patrones específicos (puntillas). Estas acciones repetitivas a veces se denominan “estereotipos” o “conductas estereotipadas”.

 

Los niños con el TEA suelen tener intereses excesivamente enfocados (restringidos). Los niños con el TEA pueden sentirse fascinados con objetos en movimiento o partes de objetos, como las ruedas de un automóvil en movimiento. Pueden pasar largo tiempo alineando juguetes de cierta forma en lugar de jugar con ellos. También pueden molestarse mucho si alguien mueve accidentalmente uno de los juguetes. La conducta repetitiva también puede tomar la forma de una preocupación persistente e intensa, por ejemplo, pueden obsesionarse con aprender todo sobre las aspiradoras, horarios de tren o dinosaurios. Los niños con el TEA a menudo tienen un interés por los números, símbolos o temas científicos.

A pesar de que los niños con el TEA con frecuencia se desenvuelven mejor con las rutinas en sus actividades diarias y su entorno, la inflexibilidad puede ser extrema y causar serias dificultades. Pueden insistir en comer exactamente las mismas comidas o tomar exactamente la misma ruta a la escuela. Un cambio leve en una rutina específica puede resultar excesivamente perturbador. Algunos niños hasta pueden tener arrebatos emocionales, especialmente cuando se sienten enojados o frustrados o cuando se encuentran en un entorno nuevo o estimulante.

No hay dos niños que expresen exactamente los mismos tipos y gravedad de síntomas. En realidad, muchos niños con un desarrollo típico en ocasiones exhiben algunas de las conductas comunes a los niños con el TEA. Sin embargo, si usted nota que su hijo presenta varios síntomas relacionados con el TEA, llévelo a un profesional de la salud con experiencia en el TEA para que lo examine y evalúe.